Reseñas

[FOTOS + RESEÑA] Knotfest 2024: El caluroso infierno del metal

2 años después de la última edición, Knotfest volvía a piso chileno con la tarea de enamorar a los fanáticos en una fiesta que prometía llenar el Parque del Estadio Nacional con más de 8 horas de Rock y Metal. Cabe destacar que la incertidumbre estaba planteada, en especial luego del desabastecimiento de agua en la edición pasada, la venta de entradas 2×1 a pocas semanas de la realización y la prohibición de objetos como baterías portátiles o banderas, lo cual desató el malestar por redes sociales. 

Pasadas las 13:00 hrs, el festival dio el puntapié inicial de la mano de Nico Borie, última incorporación al line up, que junto a SVVVNT, Mawiza y Rama completaron el sólido cuarteto nacional que no hacía más que calentar motores para lo que sería esta jornada de Sábado por la tarde, dando paso a la primera banda internacional: Orbit Culture. Los oriundos de Suecia despacharon potencia y calidad en riffs pesados que fueron celebrados por los asistentes que animosamente comenzaban a repletar el Parque del Estadio Nacional. 

Ya entrada la tarde, fue el turno de Poppy, la estadounidense que se inició en el mundo de Youtube y que ahora presentaba su propuesta musical de heavy metal, con tintes electrónicos y una puesta en escena sencilla pero efectiva, donde su voz siempre fue el instrumento principal.


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El calor inundaba el parque, por ello no era raro ver una cantidad de filas en los puntos de hidratación que hasta esa hora todavía lograban cumplir con su cometido. Luego de un par de sorbos, había que acercarse al Stage A donde se presentaría por segunda vez en nuestro país la banda japonesa Babymetal, quienes, un día antes, ya habían dado muestra de su potencia con un show en vivo que para los asistentes mereció de un mejor venue que el sideshowcelebrado en Basel. Mientras los músicos (cubiertos con máscaras y cuernos)ejecutaban los primeros acordes, el trío compuesto por “Su-Metal”, “Moametal” y “Momometal” se abría paso al escenario comenzando un show que se robó las miradas de los asistentes. Entre coreografías e interacciones con el público (incluida la solicitud de mosh pit), Babymetal destacó con fuerza como un espectáculo musical de categoría que unió a varias generaciones. 

Amon Amarth se abrió paso con la que, quizás, fue la mejor puesta en escena del festival. Con dos estatuas ubicadas a cada extremo del escenario, los suecos conocidos por sus influencias vikingas más que evidentes, comenzaron un showque cautivó a los asistentes y condujo el camino al Valhalla musical. La evidente conexión del público con la banda se evidenció en Put Your Back Into The Oardonde no pudo faltar el clásico remo característico de sus presentaciones en vivo. 

Mudvayne aparecía como la banda que volvía al ruedo luego de su separación por más de 10 años. Con la reunión ya efectuada en 2021, finalmente Chad Gray y compañía asaltaron el escenario A de Knotfest con energía desde la primera canción, entre las caras pintadas, manchas que aparentaban ser sangre y un público acalorado pero enérgico en todo momento.

El sol comenzaba a irse y, por suerte, se sentía una brisa fresca que anticipaba la noche. Las luces se apagaban y el panel led del fondo del escenario comenzaba a iluminarse; Disturbed, quizás la banda más polémica de la edición 2024, comenzaba su show. Mucho se rumoreó por la presunta reacción del público, en especial luego del apoyo de su frontman David Draiman a Israel, por la cual la prohibición de banderas de parte de la organización del festival se podría intuir como una petición de la banda. A pesar de ello, el show se desarrolló con total normalidad, entre coros del público, momentos más solemnes y emocionantes (Como el ya clásico cover de The Sound of Silence) mostrando así una sólida trayectoria de más de 20 años que está lejos de terminar.

Finalmente, con la noche ya entrada, vino el plato principal. Nos transportamos a 25 años atrás, donde los cassettes o cds inundaban nuestras repisas. Objetos históricos, reliquias, cosas que, a fin de cuentas, nos transportan a momentos de antaño, a una forma distinta de consumir música, incluso de compartir y nos provoca evidente nostalgia. Por ello, en el fondo del escenario, las letras estridentes de la banda, con unos estandartes a cada lado y las luces verdosas nos invitan a recordar, pero por sobre todo a disfrutar. Corey Taylor aparece en escena junto a sus compañeros (por cierto, todos con sus atuendos y máscaras características) y el infierno se desata. A pesar de lo acotado del show, la gente salta, canta, corea e incluso le desea un feliz cumpleaños a ese disco homónimo, aquel que dio inicio a una de las bandas más masivas y reconocidas del metal en los últimos años. Scissors da el cierre a una jornada que celebra a lo antiguo y lo nuevo, a aquellos sonidos que inspiraron nuevas bandas y aquellos que tomaron la batuta para expandir el medio. 

Knotfest deja varios puntos a mejorar y solucionar, en especial las filas interminables en los puntos de hidratación y en el bar del VIP, el polvo que se levanta en las zonas delanteras y las escasas zonas de sombra. A pesar de ello, el recinto cumple y la experiencia musical no se pierde gracias a la energía de los fanáticos y la entrega y conexión de las bandas con nuestro país.

Foto KNOTFEST CHILE

Texto: © José Martínez | Fotos © Javiera Pérez Rodríguez  (@javiajerap)

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