[RESEÑA] Breach – Twenty One Pilots cierra un ciclo con su pop-rock más audaz
El nuevo álbum Breach llega con la intención de cerrar la saga conceptual que la banda ha venido desarrollando durante más de una década. Tyler Joseph y Josh Dun regresan con 13 temas que mezclan pop alternativo, rap-rock y un sonido cinematográfico que conecta directamente con sus trabajos previos. Con esta entrega, la dupla busca mirar hacia adelante sin perder el hilo que ha mantenido a su comunidad de fans tan comprometida y emocionalmente conectada.
A nivel sonoro, Breach se siente como un disco de despedida pero también de madurez. Desde el inicio con “City Walls”, el álbum se abre con fuerza y vulnerabilidad, dando paso a “Rawfear” y “Drum Show”, que continúan la intensidad entre sintetizadores expansivos y baterías precisas. En “Garbage” se asoma el costado más oscuro y visceral del dúo, mientras “The Contract” funciona como un guiño narrativo al universo conceptual que han construido a lo largo de su carrera.
Lee también | [RESEÑA] Man’s Best Friend – la nueva jugada pop de Sabrina Carpenter
El tramo medio ofrece un contraste más introspectivo. “Downstairs” y “Robot Voices” incorporan elementos electrónicos más sutiles y un enfoque melódico que resalta la voz de Joseph, mientras “Center Mass” y “Cottonwood” equilibran momentos de tensión y calma. El ritmo asciende nuevamente con “One Way” y “Days Lie Dormant”, que recuperan la energía de los primeros discos, combinando el rap melódico y los coros masivos característicos de la banda.

La recta final del álbum brilla especialmente. “Tally” actúa como una declaración emocional de cierre, cargada de dramatismo y capas instrumentales que evocan el estilo orquestal de Trench. Finalmente, “Intentions” ofrece un epílogo luminoso, un adiós sin melancolía que parece abrir la puerta hacia una nueva etapa creativa. Este cierre no solo redondea el relato de Breach, sino que reafirma la capacidad del dúo para equilibrar concepto y emoción sin perder identidad.
En conjunto, Breach no pretende reinventar el sonido de Twenty One Pilots, sino consolidarlo. Es un disco sólido, bien producido y emocionalmente directo, que cierra un ciclo sin caer en la nostalgia excesiva. La banda se mantiene fiel a sus raíces mientras apunta hacia un horizonte más libre, dejando una sensación de plenitud y promesa.
Escrito por: Andrés Pimentel A. @cafejapones
Síguenos en nuestras distintas plataformas @setlist.cl








